
Sistema de extinción de incendios por espuma
En los sistemas de protección contra incendios, las distintas sustancias que se utilizan para la sofocación del fuego descontrolado, juegan un papel esencial. La extinción de incendios por espuma física es una de las opciones; sin embargo, los especialistas en el área deben conocer las características de todos los productos para que no quepan errores en la protección de un edificio.
Hay que recordar que los extintores que expelen espuma física solo son válidos para algunos requerimientos, ni mucho menos para todos. De hecho, para ciertos incendios, sería muy peligrosa la utilización de esta sustancia, altamente efectiva cuando los operarios saben personalizar.

En este sentido, hay que recordar que los extintores de espuma líquida son efectivos para los fuegos de tipo A y B, y que de ningún modo deben utilizarse en los fuegos de clase D.
En cuanto a estas denominaciones, es de gran relevancia conocerlas a la perfección para adecuarse al máximo en el ámbito de los sistemas de protección contra fuegos descontrolados en general, y en el de la extinción de incendios por espuma física en particular. En este punto conviene recordar, al menos, qué tipos de fuegos son los que corresponden a las letras indicadas.
Tipos de fuegos
Los fuegos de clase A son aquellos que se producen a partir de la quema de combustibles sólidos. Estos combustibles generarán chispas y pavesas, y a pesar de que pueden llegar a ser extremadamente peligrosos, son fácilmente controlables mediante dispositivos de espuma física. Los fuegos descontrolados de que estamos hablando parten de materiales como el papel, la madera o ciertos plásticos.
Los incendios de clase B también pueden ser fácilmente sofocados por la espuma física. El fuego suele provocarse en este caso por combustibles líquidos. Por ejemplo, si hay que apagar el foco de un incendio causado por grasas, aceites de origen vegetal y variantes del petróleo (gasoil, gasolina, etc.), los extintores de espuma física serán la solución idónea.
Ni los fuegos de clase C ni D son adecuados para ser apagados mediante sistemas con espumas físicas. Especialmente los fuegos D, no son aptos para ser controlados mediante este producto, pudiendo causar un efecto contrario. Los incendios englobados en esta categoría, se producen desde aleaciones de potasio, magnesio… Se trata de fuegos que parten de metales y aleaciones para los que existen otras soluciones que los espumógenos.
Características de los sistemas de extinción de incendios por espuma
En cuanto a las características de los sistemas de extinción por espuma física, cabe destacar que consisten en una asociación entre el propio producto espumógeno, agua y aire.
Este último se expandirá gracias a la potente aplicación del chorro de espuma. Los tres factores se conjugaran de modo que el conato de incendios o fuego quede sofocado.
Los extintores de espuma pueden clasificarse asimismo respecto a otros factores, por ejemplo, la concentración de espumógenos contenidos en la mezcla. Podremos distinguir extintores que contienen espumas en distintos niveles de expansión: alta, media y baja.
Respecto al empleo de los tres tipos de extintores nombrados, hay que decir que a mayor expansión, menor densidad del espumógeno. Los extintores de alta expansión se emplean para la extinción de fuegos que requieren aplicaciones de largo alcance en fuegos causados por carburantes o similares. Son apropiados para grandes superficies.
Los de media expansión hallan idóneo en espacios más pequeños, a pesar de que la aplicación de la mezcla puede expelerse a más de 10 m. Es más apropiada para lugares interiores, puesto que la espuma es más ligera y sensible a los fenómenos meteorológicos.
Los extintores de espuma de alta expansión tienen que aplicarse en lugares pequeños, pues su capacidad de alcance es muy limitada. Al igual que los anteriores, los espumógenos y sustancias asociadas son sensibles al viento y otros factores atmosféricos.
En cualquier caso, hay que contar con especialistas tanto para informarse como para conseguir trabajos efectivos en las instalaciones… una planificación que incluya extinción de incendios por espuma física siempre que sea necesario.